País
Fundación vitivinícola chilena: de las misiones castellanas al renacimiento campesino
Listán Prieto - Los Orígenes Castellanos (Siglos XIV-XV)
El País encuentra sus raíces como "Listán Prieto" en Castilla La Mancha y Andalucía durante el siglo XIV. Esta variedad, también conocida como "Palomino Negro", fue seleccionada por los monjes españoles por su rusticidad excepcional, capacidad de adaptación a climas diversos y facilidad de cultivo. Su resistencia natural la convertía en la opción ideal para colonizar nuevos territorios.
Expansión Imperial - Las Uvas de la Conquista (Siglos XVI-XVII)
Durante la expansión del Imperio Español, el Listán Prieto se convirtió en la "uva de las misiones", siendo transportado sistemáticamente a todos los territorios coloniales. Los franciscanos y jesuitas establecieron el cultivo en México (1520s), Perú (1540s), Chile (1548), Argentina (1550s) y California (1769). Esta expansión creó la primera red vitivinícola intercontinental de la historia.
Supervivencia Colonial - Adaptación y Evolución (Siglos XVIII-XIX)
En cada territorio, el Listán Prieto desarrolló características únicas adaptándose a terroirs específicos. En Chile evolucionó como "País", en California como "Mission", en México como "Criolla", y en Argentina como "Criolla Chica". Estas adaptaciones locales crearon ecotipos únicos que conservaron el ADN original mientras desarrollaban expresiones territoriales distintivas.
Declive y Renacimiento - Siglos XX-XXI
El siglo XX trajo el declive del País por la introducción de variedades francesas "nobles". Sin embargo, desde los años 2000, ha experimentado un renacimiento global liderado por productores artesanales que buscan rescatar la autenticidad histórica y la expresión pura del terroir tradicional.
Llegada Fundacional - Primera Cepa de América del Sur (1548)
El País llegó a Chile en 1548 con el conquistador Francisco de Aguirre, convirtiéndose en la primera variedad vinificada en América del Sur. Los primeros viñedos se establecieron en La Serena y el Valle del Elqui, extendiéndose rápidamente hacia el Valle Central. Durante tres siglos, el País fue prácticamente la única cepa cultivada en Chile, definiendo la identidad vinícola nacional.
Hegemonía Colonial - El Vino del Pueblo (1548-1850)
Durante la colonia y los primeros años republicanos, el País representaba el 95% de los viñedos chilenos. Se cultivaba desde Copiapó hasta Concepción, siendo especialmente importante en Maule, Itata y Bio-Bio. Los jesuitas perfeccionaron su cultivo en sus haciendas, mientras los campesinos lo adoptaron como vino de consumo diario. Su rusticidad permitía sobrevivir en secanos sin riego.
La Gran Transformación - Revolución Francesa (1850-1900)
La llegada de cepas francesas con Silvestre Ochagavía (1851) inició el declive del País. Las familias aristocráticas plantaron Cabernet, Merlot y Chardonnay, relegando el País a zonas marginales y productores campesinos. En 1900, de 40,000+ hectáreas totales, el País ocupaba apenas el 20%, concentrándose en Maule, Itata y Bio-Bio.
Renacimiento Artesanal - Rescate Patrimonial (2000-presente)
Desde 2000, una nueva generación de enólogos ha redescubierto el País como expresión auténtica del terroir chileno. Productores como De Martino, Clos des Fous y González Bastías han rescatado viñedos centenarios en Itata y Maule. Actualmente Chile mantiene 13,500+ hectáreas de País, representando la mayor superficie mundial de esta variedad histórica.
Cuna Castellana - Listán Prieto de La Mancha (Siglos XIV-XVI)
El Listán Prieto se originó en Castilla La Mancha durante el siglo XIV, siendo documentado por primera vez en los archivos de Toledo (1381). Su nombre deriva de "listado" (por las listas de las hojas) y "prieto" (por el color negro-azulado de las uvas). Los monjes de San Martín de Valdeiglesias fueron pioneros en su selección como variedad de resistencia extrema.
Expansión Andaluza - Base del Imperio (Siglos XV-XVIII)
Andalucía adoptó masivamente el Listán Prieto para abastecer los barcos que partían hacia América. Cádiz, Sevilla y Huelva desarrollaron grandes plantaciones para producir el "vino de navegación" que alimentaba las expediciones coloniales. Su capacidad de conservación durante travesías oceánicas lo convirtió en la variedad imperial por excelencia.
Refugio Canario - Supervivencia Insular (Siglos XVI-presente)
Las Islas Canarias se convirtieron en el último refugio del Listán Prieto en España. Especialmente en Lanzarote, La Palma y Tenerife, donde desarrolló adaptaciones únicas a suelos volcánicos y vientos alisios. Actualmente, Canarias mantiene 2,800+ hectáreas de Listán Prieto, siendo la región española con mayor concentración de esta variedad ancestral.
Maule (Región del Maule): 6,800+ ha - Epicentro histórico en Cauquenes, Parral y San Javier. Viñedos centenarios en secano interior.
Itata (Región de Ñuble): 4,200+ ha - Corazón patrimonial en Guarilihue, Ninhue y Quirihue. Cepas pre-filoxéricas únicas.
Bio-Bio (Región del Bio-Bio): 1,800+ ha - Tradición campesina en Santa Bárbara y Mulchén. Clima fresco oceánico.
O'Higgins (Región de O'Higgins): 700+ ha - Plantaciones marginales en Peumo y Las Cabras, rescate boutique reciente.
Canarias (Islas Canarias): 2,800+ ha - Lanzarote 1,200+ ha (cultivo en lapilli volcánico), Tenerife 950+ ha, La Palma 650+ ha.
Andalucía (Cádiz-Huelva): 280+ ha - Reliquia histórica en Sanlúcar de Barrameda y Bollullos del Condado.
Castilla-La Mancha: 120+ ha - Plantaciones testimoniales en Toledo y Cuenca, origen histórico documentado.
California Central Valley: 450+ ha - Lodi, Paso Robles, supervivencia en viñedos históricos de misiones franciscanas.
California Norte: 200+ ha - Sonoma y Mendocino, rescate artesanal por productores heritage.
Nuevo México: 150+ ha - Valle del Rio Grande, cultivo tradicional hispano ininterrumpido desde 1629.
Ciclo vegetativo: 140-160 días desde brotación hasta vendimia, maduración temprana consistente
Requerimientos climáticos: 2,000-2,400 GDD, extrema adaptabilidad desde mediterráneo a continental
Resistencia excepcional: Sequía extrema 8+ meses, heladas -8°C, vientos costeros, suelos pobres
Rendimientos: 120-180 hl/ha natural, productividad generosa sin cuidados intensivos
Azúcares: 180-220 g/L, maduración equilibrada sin sobremaduración problemática
Acidez total: 6.0-8.5 g/L (ácido tartárico), acidez natural alta característica
pH: 3.0-3.4, acidez marcada ideal para frescura y conservación natural
Potencial alcohólico: 11.5-13.5% vol., moderado, perfecto para vinos de mesa tradicionales
Rojo claro a medio con matices cereza-granate. Transparencia característica con buena limpieza. Vinos jóvenes presentan ribete violáceo, evolucionando a tonos teja con crianza. Intensidad colorante media, elegante sin ostentación.
Primarios: Fresa silvestre, cereza roja, frambuesa, arándanos, flores silvestres
Secundarios: Hierbas del campo, tierra húmeda, mineral, piedra pómez, hojas secas
Terciarios (crianza): Tabaco suave, cuero fino, especias dulces, sotobosque, humus
Entrada fresca y directa, desarrollo ácido marcado que aporta vivacidad. Taninos suaves y redondos, cuerpo ligero-medio. Estructura equilibrada sin pretensiones, final limpio con retorno ácido-frutal. Vino de bebida fácil que refleja autenticidad territorial.
Perfecto con empanadas de pino, cazuela de cordero, humitas, pastel de choclo y cordero al palo. Su acidez natural complementa la grasa tradicional campesina chilena.
Excepcional con ceviche peruano, caldillo de congrio, empanadas de mariscos, reineta a la plancha. Su frescura ácida realza los sabores marinos.
Ideal con pollo campesino asado, pavo navideño, perdices escabechadas, codornices a la parrilla. Su ligereza no compite con carnes delicadas.
Excelente con quesillo de cabra, queso fresco de oveja, queso de Chanco tradicional, requesón campesino. Su acidez equilibra la cremosidad láctica.
Perfecto con ensalada chilena, palta reina, ensaladas de tomate, verduras de la huerta. Su frescura potencia los sabores vegetales naturales.
Tradicional con ají de gallina, sopaipillas con pebre, anticuchos, comida peruana criolla. Su acidez contrarresta el picante y refresca el paladar.
Nuestra colección País representa la herencia vitivinícola más auténtica de Chile. Cada botella conecta con 475+ años de tradición vinícola nacional, desde las primeras misiones hasta el renacimiento artesanal contemporáneo.
Seleccionamos País de viñedos históricos en Maule e Itata, muchos con cepas centenarias pre-filoxéricas que conservan la genética original traída por los conquistadores españoles en 1548.