Historia de Erasmo

La Bodega de La Reserva de Caliboro fue construida al final del siglo XIX como bodega de vinificación.

Fue concebida con una estructura de muros espesos de adobe que se elevan con elegancia hacia las fundas que los rodean, en tres arcos de estilo neorromano, en una época que, en aquella tiempo, buscaba conseguir el ambiente más apto para la elaboración de vinos.

La bodega se usó para la elaboración de vinos hasta los años ochenta.

Hay numerosas anécdotas, entre ellas se cuenta que Don Claudio, un antiguo enólogo de la bodega, decía en broma que podía dormir en las cubas para limpiarlas, o que Don Antonio Solar Manzano, un antiguo dueño de la propiedad, traía hasta techos llenos de uvas de la zona. Las techumbres blancas por generaciones cuidaban la bodega de toda infiltración exterior.

Por su especial atmósfera casi mística fue lugar ideal para celebrar fiestas importantes, como también el matrimonio de la hija mayor del mismo Don Fernando.

Después de algunos años de inactividad vinícola, en el año 2005 el Conde Francesco Marone Cinzano, posteriormente a la creación de La Reserva de Caliboro, quiso rehabilitar definitivamente esta importante estructura con un simbólico propósito.

Buscó, a través de la conservación y recuperación de la arquitectura, rescatar un símbolo emblemático del patrimonio cultural chileno campesino de la zona, con especial respeto al entorno natural que la rodea, esto afianzado al reiniciar la más moderna filosofía de vinificación importada desde Italia.

Este híbrido de antiguo y moderno hace de la bodega un lugar que completa y enmarca un proyecto apasionante de estudio y aplicada búsqueda de calidad en la elaboración de vinos de suprema distinción, donde, junto con su equipo, expresan fundida el aporte histórico de una larga tradición agrícola secular al mundo de la vinificación junto con una constante búsqueda y atención para las más recientes aportes del know how en este sector.

Erasmo es el nombre de un agricultor de la zona de Caliboro quien ayudó al Conde a entender el clima y las peculiaridades de ese antiguo terreno. Caliboro, nombre de épocas pre-coloniales, fue colonizada por los Conquistadores y hoy en día produce vinos auténticos internacionalmente y que demuestran al mundo todo el potencial de la más antigua y más tradicional zona vitivinícola del país.